La Vergüenza excesiva , ¿Cómo poner la vergüenza en su Lugar?
Superando la Vergüenza Excesiva: Un Camino Hacia la Aceptación y el Bienestar
La vergüenza es una emoción humana natural (de hecho, existe la vergüenza saludable) que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas.
Como emoción, la vergüenza puede ser saludable cuando te permite tener humildad, reírte de ti mismo, o te enseña acerca de los límites. Sin al menos un poco de vergüenza, las personas tendrían problemas para medir los efectos de sus comportamientos en otras personas.
"La vergüenza es un comportamiento útil, si dura 10 segundos y produce un cambio." - Robert Bieber
Sin embargo, cuando la vergüenza se vuelve excesiva o paralizante, puede tener un impacto negativo y profundo en nuestro bienestar emocional y social.
"Como queremos ser aceptados, la vergüenza es una herramienta evolutiva que nos mantiene a todos bajo control." - "The Psychology of Shame" (La Psicología de la Vergüenza) de verywellmind.com
¿Qué es la Vergüenza Excesiva?
La vergüenza excesiva es una emoción que se siente con mucha intensidad y frecuencia. Y es dañina cuando es internalizada y resulta en un enjuiciamiento excesivo y rudo de uno mismo como persona. Esta crítica interna puede decirte que eres una mala persona, que no tienes valía o que no tienes valor. Por lo general, la intensidad de la vergüenza excesiva que sientes tiene que ver con tu valor como persona y con alguna cosa que has hecho mal.
Puede provocar una variedad de síntomas físicos y emocionales, como:
- Ruborizarse, sudar, temblar o tartamudear.
- Sentirse avergonzado, humillado o indigno.
- Evitar situaciones sociales o actividades.
- Baja autoestima.
- Problemas de salud mental, como ansiedad o depresión.
¿Cuáles son las Causas de la Vergüenza Excesiva?
La vergüenza excesiva puede tener varias causas, que incluyen:
- Experiencias traumáticas o humillantes en la infancia.
- Críticas o rechazo de los demás.
- Baja autoestima o autoconfianza.
- Trastornos de ansiedad o depresión.
¿Cómo Superar la Vergüenza Excesiva?
Hay una serie de cosas que puedes hacer para superar la vergüenza excesiva. De hecho, son tres los pasos clave que puedes tomar:
- Explorarla: Entender el origen de la misma, en vez de evitarla.
- Abrazarla: Aceptarla como una emoción natural.
- Lograr la Aceptación: A través de un proceso de identificación y cambio de creencias negativas sobre ti mismo, y si es necesario, con ayuda profesional.
Aquí te detallo algunas acciones importantes dentro de este proceso:
- Aceptarte a ti mismo: La clave para superar la vergüenza es aceptarte a ti mismo, con tus defectos y virtudes. Esto significa dejar de compararte con los demás y centrarte en tus propias fortalezas.
- Gestionar tus emociones: Cuando te sientas avergonzado, es importante aprender a gestionar tus emociones de manera saludable. Esto puede implicar técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación.
- Evitar el aislamiento: El aislamiento puede empeorar la vergüenza. Es importante mantenerte conectado con los demás y buscar apoyo social.
- Buscar ayuda profesional: Si la vergüenza está afectando significativamente tu vida, puede ser útil buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede ayudarte a comprender las causas de tu vergüenza y desarrollar estrategias para superarla.
Consejos Prácticos para Superar la Vergüenza Excesiva
Aquí tienes algunos ejercicios prácticos para comenzar a trabajar en la vergüenza excesiva:
- Ejercicio 1: Identifica tus desencadenantes. ¿Qué situaciones o pensamientos te hacen sentir vergüenza? Una vez que sepas qué te desencadena, puedes empezar a enfrentarlo de manera gradual.
- Ejercicio 2: Practica la autocompasión. Cuando te sientas avergonzado, recuerda que todos cometemos errores. Sé amable contigo mismo y no te juzgues demasiado.
- Ejercicio 3: Céntrate en tus fortalezas. Todos tenemos fortalezas y debilidades. Cuando te sientas avergonzado, céntrate en tus fortalezas y recuerda que eres una persona valiosa.
Frases Inspiradoras para Quienes Luchan con la Vergüenza Excesiva
- "La vergüenza es una emoción normal, pero no tiene que controlarte." - Brené Brown
- "No estás solo. Muchas personas luchan con la vergüenza." - Nathaniel Branden
- "Eres digno de amor y aceptación, incluso con tus defectos." - Albert Ellis
Mi Experiencia Superando la Vergüenza Excesiva
En realidad, caí presa de la vergüenza excesiva ya como adulto joven. Salvo por el hecho de ser hijo único y haber crecido en una familia monoparental, me considero una persona normal, de personalidad tranquila y poco conversador.
Mi madre hizo muy bien su trabajo, dentro de sus circunstancias, hasta el punto de apoyarme hasta lo último para obtener mi título universitario, y al mismo tiempo me inculcó los valores cristianos bien claros. De hecho, desde mi adolescencia nos hicimos testigos de Jehová, miembros activos.
Pero llegó un momento que me salí de mi eje y mi fe se enfrió, de manera que llegué a estar inactivo con relación a mi fe. Así que empezó a haber un conflicto interno en mí: seguir como testigo de Jehová, o seguir un camino como las mayorías con sus propias normas morales, que para cualquier joven que quiere experimentar resulta muy atractivo.
Esto por un lado, pero después estaba un rasgo de mi personalidad, el hecho de no tener una figura masculina a quien imitar y de la cual recibiera esa confirmación de aprobación. Desarrollé una personalidad tranquila pero dulce y sensible que resulta más bien propia de las mujeres. De hecho, recuerdo que mi madre fue mi modelo a seguir, una mujer guerrera, pero femenina como debe ser. Por lo que siempre, desde pequeño, recibí de algunos tíos una crítica negativa en forma de burla que por mi edad yo no entendía, pero que con el tiempo y la edad entendí que era por no ser o no tener la personalidad típica de un macho alfa.
Y, por supuesto, esto generó en mí un sentimiento interno de vergüenza de mí mismo como persona. Llegué a sentir vergüenza de mí por el hecho de no tener esa personalidad de macho, de lo que se supone debe ser un hombre en la sociedad.
Siempre tenía el temor de llegar a un lugar nuevo porque siempre habría alguien, hombre o mujer, que insinuaría con tono de burla que yo era gay, más en mi ciudad Maracaibo donde es muy común la burla a otros o ser chistoso a expensas de otros. La verdad que me hacían sentir muy mal y avergonzado tener esa etiqueta. Aunque no llegó al punto de interferir en mi vida de manera muy grave, sí me afectaba en el hecho de tener un diálogo interno rudo y negativo conmigo mismo.
Sin embargo, al mismo tiempo veía hombres compañeros que también eran afeminados, incluso más que yo, y no tenían ningún problema con eso. Veía que bromeaban con eso y me preguntaba: ¿Pero bueno, y cómo hacen ellos?
Todo esto generaba en mí sentimientos de resentimiento, baja autoestima, me costaba atreverme a ser yo mismo por temor de ser objeto de burla, sentimientos de indignidad y no tomaba acción frente a oportunidades. De manera que mi vida laboral se vio afectada porque no me atreví a buscar oportunidades de crecimiento, como puestos de responsabilidad, y cuando me los daban no daba la talla por mis inseguridades, a pesar de que otros veían en mí el potencial para llevar adelante los proyectos.
El hecho de ser tildado de gay me pasaba en todos lados, hasta en mi vecindario, con gente desconocida, en el transporte público, en fin, hasta que un día, viendo que otros que sí eran gay o personas que simplemente querían hacer alguna cosa u otra, solo lo hacían y ya, sin importar si quedaran en ridículo, no les importaba en absoluto.
Me pregunté: ¿Por qué yo me siento así? ¿Por qué siento que me pesa mucho el hecho de que otros me etiqueten de alguna cosa, aun cuando yo sé que no es así?
Fue ahí cuando decidí cambiar la situación. Yo no quería sentirme más así. Lo que hice fue buscar información en internet sobre psicología, específicamente cómo superar los pensamientos negativos.
Recuerdo que encontré una página que el tema era cómo las personas que tienen depresión a menudo tienen pensamientos negativos sobre sí mismos y al asumir esos pensamientos como una realidad, eso los hacía hundirse más en la depresión. Además de explicar las causas de la depresión, daba unos consejos muy prácticos que la verdad me ayudaron a emprender el camino de perder la vergüenza excesiva.
Recuerdo uno claramente: fue que los pensamientos no nos definen, no definen nuestra realidad, es solo un pensamiento, y cuando es negativo, debemos cuestionarlo. De manera que cuando por la vergüenza me empezaba a decir cosas negativas en mi mente, me decía: "Es solo un pensamiento, no es mi realidad. Yo conozco cuál es mi realidad".
Otro consejo que me impactó mucho y de manera positiva era el hecho de que buscara estar conectado con lo divino, es decir, con la fuerza suprema del universo. Al ser humano le gusta sentir que pertenece a algo mayor, a una fuerza superior. Y al sentir la unión con Dios, nos da ese sentido de pertenencia, de que hay alguien supremo que se preocupa por nosotros. Eso genera un sentido de pertenencia y le da sentido a nuestra existencia. Por lo que eso nos da energía para superar cualquier dificultad en la vida.
Esto me impactó tanto. Si personas de ciencia dicen esto, es una prueba más de la existencia de un Dios creador que se interesa en mí. Ser consciente de que somos objetos del amor de Dios Todopoderoso me resulta muy consolador. Si Dios sabe quién soy, cuáles son mis defectos y virtudes, y aun así me acepta, esto me impulsó a retomar con más seriedad mi fe.
Sin duda, tener una persona que te escuche sin juzgar y que te demuestre un amor incondicional, también es de gran ayuda. Este es otro consejo: puede ser un psicólogo, un amigo, un familiar cercano y querido. Y en mi caso particular, fue mi madre. Con su amor incondicional, siempre estuvo allí, sabía que me pasaba algo y nunca se rindió, buscando la manera de ayudarme, de darme ánimo cuando me veía bajoneado, y no me cabe duda que muchas veces le oró a Dios por mí.
Ya consciente de que la vergüenza no tiene por qué dominarme, que la opinión pública no es tan importante si sabes quién eres, que estás conectado con Dios Padre Todopoderoso y amoroso, más el apoyo incondicional de una persona que me quiere. Sentí un gran alivio y ahí empecé mi camino de regreso a la libertad: libertad de tomar riesgos, nuevas oportunidades, sentirme digno.
Sin embargo, a pesar de haber comenzado un camino sin retorno a la recuperación de mi autoestima y aceptación, aún sentía cierto peso, sobre todo con la opinión del qué dirán. Me seguía afectando que otros me tildaran de gay o de cualquier otra cosa, lo cual me hacía sentir muy mal en ciertas ocasiones.
Esta vez, ya activo en mi fe como testigo de Jehová, decidí buscar información sobre cómo lidiar con el qué dirán, y encontré una información que la verdad me empoderó y finalmente completó este ciclo de recuperación y de colocar la vergüenza en su debido lugar, en la biblioteca Watchtower BIBLIOTECA EN LÍNEA.
Y encontré una joya de artículo. El artículo se titula Resistamos las presiones de la opinión pública. Entre otras cosas, se menciona que Jesús y sus discípulos vivieron en una época en donde recibir la honra y la aceptación de la sociedad era de vital importancia para las personas del siglo primero. Sin embargo, ni Jesús ni sus discípulos se dejaron llevar por esto, ya que lo que la sociedad consideraba honorable no siempre coincidía con las normas de Dios. Por lo que la prioridad para Jesús era ser leal a su Padre, así que no se dejó presionar por la opinión pública y despreció la vergüenza que la sociedad de la época le quiso adjudicar, al no acobardarse y seguir adelante con su comisión y ser leal a su Padre.
¡WOW WOW WOW! Qué gran ejemplo, Jesús estaba claro de quién era, cuál era su propósito, y qué era lo que realmente importaba, y fue valiente e hizo lo correcto. Sí, esa es la clave: no importa lo que los demás supongan de ti. Si sabes quién eres, cuál es tu propósito y lo que realmente importa, la opinión negativa y malintencionada de ciertas personas no importa. Sé valiente y sigue adelante, haciendo lo correcto, tal como lo hicieron Jesús y sus discípulos del siglo primero.
Confieso que saber cómo Jesús lidió con este asunto me dio nuevos bríos para finalmente superar esta etapa de mi vida y sentir vergüenza solo por aquellos actos impropios que sí haya cometido YO, y que gracias a la vergüenza tenga la conciencia de producir un cambio para mejor y lograr una mejor versión de mí, para así aportar valor a los que me rodean.
Conclusión
La vergüenza excesiva puede ser una emoción debilitante, pero hay cosas que puedes hacer para superarla. Con esfuerzo y paciencia, puedes aprender a aceptarte a ti mismo y gestionar tus emociones de manera saludable.
Recursos adicionales
sitios web y recursos gratuitos en línea para gestionar la vergüenza:
- Pagina de Verywellmind:
Recursos específicos:
"The Psychology of Shame"(La Psicologia de la Verguenza) de verywellmind:
Artículo The Psychology of Shame
Libro recomendado de Brené Brown: Los Dones de La Imperfecion
Espero que este artículo te haya sido útil. Si tienes alguna pregunta o comentario, no dudes en compartirlo.
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